Las catacumbas de la iglesia de La Merced
Hasta
principios del siglo XIX la Iglesia católica en Cuba tenía a su cargo la misión
de enterrar los muertos en sus templos. Con la inauguración de los cementerios
y su proliferación a lo largo de la isla, estos enterramientos fueron quedando
en el olvido y las modificaciones de los sagrados recintos se encargaron de
hacer desaparecer las huellas de los mismos.
El
sacerdote José Sarduy afirma que en Camagüey las iglesias de La Merced, Santa Ana,
La Soledad, San Francisco, El Cristo y el hospital de San Lázaro conservan
bajo sus pisos o en los alrededores los restos de cientos de camagüeyanos. Sin
embargo, sólo La Merced y La Soledad mantienen cerca de sus respectivos altares
mayores una muestra de estos enterramientos.
Iglesia
de La Merced
La
construcción de la iglesia de La Merced se terminó en 1748 [quedando a cargo de los PP de la Orden Mercedaria]. Desde principios
del siglo XIX ocuparon el convento distintas dependencias del Estado. Fue
cuartel de Caballería, de la Milicia General y de serenos; residencia del Comandante
General de la Plaza de Puerto Príncipe, y Audiencia. También radicó allí la primera biblioteca
pública de que se tiene referencia documental, y el historiador Juárez Cano
aseguraba que además se realizaban ferias, corridas de toros y exhibiciones de
animales raros.
En
1848 el edificio fue reconstruido y un incendio en noviembre de 1906 dio lugar
a la restauración que le otorgó la estructura mantenida hasta nuestros días.
[Fue atendida por los sacerdotes de la Orden de los Carmelitas Descalzos hasta la década de los años sesenta del siglo XX, al ser expulsados de toda la isla muchos sacerdotes y religiosos por el gobierno de Fidel Castro].
El padre Sarduy se hizo cargo de ella a partir del 10 de abril de 1975 y gracias a su interés y dedicación logró descubrir algunos enterramientos y objetos antiguos muy cerca del altar mayor, antes de entregarla en 1994 al padre Willy Pino [como rector de la contigua Casa Diocesana (anterior convento) y la iglesia. Actualmente los Padres de la Orden de Mercedarios, sus fundadores, que han regresado a Camagüey, están a cargo del templo y su feligresía.]
El padre Sarduy se hizo cargo de ella a partir del 10 de abril de 1975 y gracias a su interés y dedicación logró descubrir algunos enterramientos y objetos antiguos muy cerca del altar mayor, antes de entregarla en 1994 al padre Willy Pino [como rector de la contigua Casa Diocesana (anterior convento) y la iglesia. Actualmente los Padres de la Orden de Mercedarios, sus fundadores, que han regresado a Camagüey, están a cargo del templo y su feligresía.]
El
Museo
El
24 de septiembre de 1980 se inauguró como nuevo museo un pequeño local abovedado,
y se expusieron al público algunos de los hallazgos y otros objetos de interés
histórico. Las pesquisas no se detuvieron y en 1986 el padre Sarduy encontró un
ataúd grande, perfectamente conservado, con otro más pequeño encima. Las
pruebas de laboratorio confirmaron que los restos del adulto corresponden a una
mujer que fue enterrada con los hábitos mercedarios. En el pequeño féretro se
hallaron restos de un niño de poco más de un mes de nacido y parte de su ropa. El agujero por el que se llegó a la cripta fue
cubierto con un cristal y se encuentra a la vista del público que acude
diariamente al museo subterráneo.
La
Virgen sentada no es la única en el
mundo, pero son muy escasas. En el museo de la iglesia de La Merced de Camagüey
se exhibe una imagen de la Virgen María sentada, cargando al Niño Jesús. En el propio local se encuentra una lápida
funeraria, la más antigua encontrada hasta hoy, en la cual se puede leer:
Aquí yace D.
Teresa D. Miranda y Agram. y es asiento y sep. del rex. alg. maior D. Francisco
Recio y Agramonte y svs herederos. Feb 1. Año 1777.
Entre
otros exponentes se encuentran una imagen de madera de Cristo crucificado, única
salvada del incendio de Guáimaro de 1868; un sagrario de madera construido en
1773 que perteneció a la iglesia de Nuevitas; platos del hospital de mujeres de
Puerto Príncipe; una bandeja que data de 1648; un incensario de 1800; una
imagen de Cristo resucitado, en madera; una imagen de la Virgen de los Dolores,
que data del siglo XVIII; herramientas antiguas de carpintería y las parihuelas
con las se cargaba la a la Virgen de los Dolores durante las tradicionales
procesiones que recorrían las adoquinadas calles de Camagüey.
Fuente:
Revista Contrapunto, Miami, sin nombre de autor.
1 comentario:
Gracias Ana Dolores por publicar estas historias tan interesantes, llevo casi 60 anios lejos de alli, trabajaba al lado del banco popular, aun costado de la iglesia, a la que entre muchas veces, me encantaba ver el santo sepulcro, pero jamas sospeche estas historias.
Humberto Estrada en Dallas Texas (del-sol@att.net)
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