29 de abril de 2021

HENRY EARL REVEE, "EL INGLESITO".

 


HENRY EARL REEVE

(El Inglesito)

 

Dr. José Rodríguez

Henry Earl Reeve  nació en Brooklyn, Estado de Nueva York, en el año 1850. Pertenecía a una familia distinguida de esta ciudad norteamericana donde se crió y cursó sus primeros estudios. De carácter activo, lleno de inquietudes juveniles, se alistó en una expedición que el vapor “Perrit” transportaría hombres y armas para los patriotas cubanos que luchaban por su independencia de España. La expedición del “Perrit” arribó a Cuba por la costa norte Oriente cerca de Banes, el 11 de mayo de 1869. En ella llegaron a suelo cubano hombres como Tomás Jordán, Antonio Luaces, Enrique Collado, el isleño Manuel Suárez y 80 norteamericanos entre ellos Henry Reeve que contaba 19 años de edad y podía hablar el idioma Español.


El gobierno cubano en armas había escogido como Jefe Militar de Oriente a Tomás Jordán que se encontraba entre los norteamericanos que fueron a Cuba a luchar por la independencia y que era  ex-coronel del Ejército Confederado del Sur. Jordán seleccionó al joven Henry Reeve como su ayudante personal. Durante el combate de “Las Calabazas” que tuvo lugar en la región oriental, Reeve fue hecho prisionero por los españoles y fusilado con otros compañeros cubanos. Considerándolos muertos fueron dejado sobre el campo, pero Reeve que estaba realmente muy mal herido logró arrastrarse hasta el campamento cercano de Luis Figueredo donde se le dio atención médica y milagrosamente pudo salvar la vida.

Desde entonces sintió un profundo rencor hacia el régimen español y abrazó abiertamente, con entero sentimiento y dedicación, la causa cubana.

En el combate de la “Soledad” fue ascendido a Teniente-Coronel por su valiente actuación. En octubre 8 de 1871 combatió al lado de Ignacio Agramonte durante el heroico e intrépido “Rescate de Sanguily”. El propio Mayor Agramonte lo ascendió en 1872 a Coronel y le entregó el mando directo de la afamada “Caballería Camagüeyana”.

 En el combate de Jimaguayú efectuado en mayo 11 de 1873 y donde Ignacio Agramonte perdió la vida combatiendo, el Coronel Reeve dirigió las operaciones de la “Caballeria Camagüeyana”, siendo el encargado de conducir esta fuerza en agosto de 1873 hasta el potrero “Las Guásimas”, en el límite de Oriente, para allí ponerse a las órdenes del nuevo Jefe de Camagüey el General Máximo Gómez. Este último quedó muy bien impresionado por la disciplina y marcialidad de la tropa al mando del joven Reeve.

En septiembre de 1873 el General Máximo Gómez asaltó Santa Cruz del Sur permaneciendo en la población por espacio de varias horas. Durante la ocupación Reeve trató de apoderarse de un cañón enemigo, recibiendo un disparo que le cercenó una pierna. Nuevamente estuvo a punto de perder la vida, pero solamente perdió una pierna. Este hecho y defecto físico no le impidieron continuar en su puesto de mando.

Cuando se repuso se ordenó que se le construyeran arreos especiales y una silla de montar apropiada, con lo cual pudo continuar montando a caballo. Meses más tarde ya estaba nuevamente al frente de sus hombres, quienes le tenían una gran admiración y respeto.


En el mes de julio de 1874 Máximo Gómez se preparaba para invadir el Departamento de "Las Villas”. Organizó el “Cuerpo de Ejército de Occidente” que tenía a su mando de la manera siguiente:

Jefe………………………  General Máximo Gómez                                     2 2do Jefe………………   General Julio Sanguily

Primera División…… Brigadier Henry Reeve      

Segunda División……Brigadier Antonio Maceo

Hay que destacar que en esta ocasión, julio de 1874, al otorgársele el grado de General de Brigada (Brigadier), Henry Reeve tenía solamente 24 años de edad, resultando ser el general más joven de nuestro Ejercito Libertador durante la Guerra de los Diez Años, pues el mismo Ignacio Agramonte tenía 27 años cuando se le designó como Mayor General.

Es conveniente señalar por hechos que ocurrieron más tarde, que Antonio Maceo debía regresar a Oriente donde solicitaban su presencia. Entonces Máximo Gómez designó como Jefe de la Segunda División al Brigadier José González Guerra que era villareño de Cienfuegos, el cual se había ganado su confianza.

Máximo Gómez, al iniciar la invasión de la Las Villas en enero 6 de 1875, llevó con él a la Segunda División. En Camagüey se quedaba la Primera División bajo la jefatura de Henry Reeve, que de esta forma se convirtió en el jefe de toda la región camagüeyana (excepto el área de la Trocha donde destacó al General Julio Sanguily por algún tiempo.

Para comprender mejor como Henry Reeve se convirtió en Jefe de la región de Cienfuegos en condiciones adversas, hay necesidad de relacionar algunos acontecimientos. Una vez en Las Villas, el General Máximo Gómez envió al Brigadier José González Guerra a invadir la Jurisdicción de Cienfuegos (llamada también “Las Villas Occidentales” y que en aquella época abarcaba hasta Colón, Jagüey Grande y toda la Ciénaga de Zapata). La campaña emprendida por el Brigadier González culminó en un completo éxito. En solo 4 meses de operaciones entre finales de enero y mayo de 1875), invadió parte de Villaclara y casi todo Cienfuegos, enviando a su hombre de mayor confianza, el Coronel Cecilio González, a operar en el distrito de Colón. Pero el Brigadier González Guerra en un combate cerca de Barajaguá recibió un balazo que se le infestó y a los pocos días contrajo el tétano, enfermedad que le provocó la muerte a fines de mayo de 1875.

Esta desafortunada muerte vino a ocurrir en los momentos en que Vicente García se había sublevado en Lagunas de Varona, negándose a marchar a Las Villas con refuerzos. Máximo Gómez tuvo necesidad de acudir a Oriente e intervenir en este penoso asunto. Cuando regresó a la zona de Sancti-Spíritus se encontró con que la lucha en Las Villas Occidentales había decaído notablemente, los españoles habían recuperado casi toda aquella región y el Coronel Cecilio González se hallaba aislado en Colón.

Ante esta situación tan deplorable el General Máximo Gómez, que siempre tuvo acierto en escoger a sus hombres de confianza, designó como jefe de la zona de Cienfuegos al Brigadier Henry Reeve, quien después de entregar su mando en Camagüey acudió a Las Villas y el 15 de noviembre de 1875 se entrevistaba, en las afueras de Yaguaramas, con Cecilio González, el que conociendo muy bien toda la comarca le resultó muy útil.

La guerra en la región cienfueguera volvió a tomar impulso bajo la dirección de Reeve. Comenzó por incendiar los cañaverales situados en los llanos del río Damují, lo que hacía con el fin de entorpecer la próxima zafra azucarera. Atacó los campamentos españoles situados en las afueras de los pueblos, llegando a dominar en cuestión de un mes los territorios situados entre Yaguaramas, Cartagena y Aguada de Pasajeros, área que le sirvió de base para moverse hacia la llanura de Colón.

En enero de 1876, con 200 hombres, Reeve empezó a operar en la zona cercana a Colón y fue tal la actividad bélica que desplegó, que Máximo Gómez, desde Sancti-Spíritus, solicitó nuevos refuerzos a Oriente y Camagüey con los cuales planeaba una batalla final contra el General español Blas Villate (Conde de Valmaseda) en las llanuras de Matanzas.

En febrero 22 de 1876 Reeve incendió el Ingenio "Destino" cerca de Los Arabos y dos días después asaltó el pueblo de Macagua situado cerca de Colón. El 1ro. de marzo, contando con 300 hombres, incendió el Ingenio "Tinguaro" y en las afueras de “Perico” se enfrentó y derrotó a una fuerza de caballería española. El 15 de marzo ocupó el pueblo de El Roque en el camino de Jovellanos, pero al tener noticias de que el Coronel Cecilio González había sido mal herido en el combate de Palma Sola (cerca de Cruces), decidió regresar a su base de operaciones en el área del Damují.

Las fuerzas del Ejército Libertador que a las órdenes del Brigadier Henry Reeve pelearon en Las Villas Occidentales y en la llanura de Colón, tienen un mérito extraordinario en la Guerra de los Diez Años porque este grupo constituyó la verdadera vanguardia cubana, ellos fueron los patriotas que durante aquella guerra pelearon y conquistaron los territorios más próximos a la capital cubana, La Habana, por lo que el gobierno español de la Isla concentró toda su actividad militar en contra de ellos.

En agosto 4 de 1876, en un combate efectuado en la finca "Cayo Inglés", próxima a Yaguaramas con una columna enemiga muy superior en número de hombres y armamentos, Henry Reeve murió como lo saben hacer los valientes: peleando al frente de sus hombres.

Su cadáver, que cayó en manos españolas, mostraba cuatro balazos recientes, diaz viejas cicatrices de heridas recibidas en combates, así como la falta de una pierna. Las autoridades españolas le dieron sepultura en la ciudad de Colón.


Henry Reeve fue conocido por todos los que le rodearon como "el inglesito", y también como "Henry el americano", resultando su nombre un verdadero símbolo, pues fue un norteamericano que amó a Cuba, luchó y murió por ella. Su legendaria figura es el más fiel exponente de lo que es una verdadera amistad entre el pueblo de Cuba y el de Norte- América.

Henry Reeve, "El Inglesito", pertenece a nuestra historia.

BIBLIOGRAFÍA:
1.- "Historia de Cuba" de Calixto Masó
2.- "La Revolución de Yara" de Fernando Figueredo
3.- "Diario de Campaña" de Máximo Gómez
4.- "Vida Militar de Ignacio Agramonte" de Juan J. Casasús.
5.- "Invasión" de Juan J. Casasús
6.- "Un Americano-Cubano" de Francisco
M. Jiménez

*Este magnífico trabajo del Dr. José Rodríguez fue publicado original- mente en 2013 y quedó perdido de modo inexplicable con todas las entradas habidas desde la creación de este blog. Rescatado del archivo particular.  

23 de abril de 2021

LA CAPILLA DE MONSERRAT EN CAMAGÜEY.


Monseñor Enrique Pérez Serantes

(1883-1968)

Capilla de Monserrat
en el reparto Jayamá de Camagüey.
Una mirada de recuerdo.

 

 El Camagüey de mediados del siglo XX se extiende y crece hacia las afueras por los cuatro puntos cardinales. El Sr. Obispo, Mons. Enrique Pérez Serantes, tuvo a su cargo la compra o donación de terrenos, la colocación y bendición de la primera piedra, así como la inauguración de capillas e iglesias a todo lo largo y ancho de la geografía de la otrora provincia agramontina que hoy incluye los territorios de las provincias civiles de Ciego de Ávila y Las Tunas.

Fuera de la ciudad camagüeyana ha inaugurado más de veinte  templos, algunos son: Jaronú, Sola, Jatibonico, Jiquí, Palm City, Stewart, Guayacanes, Baraguá, Gaspar, Piedrecitas, Falla, Chambas, Elia, Vertientes, Algodones, Macareño, Hatuey, Galbis, Ranchuelo, Punta Alegre, Violeta, Lombillo, Cascorro, Altagracia y Velazco; la mayoría en colonias azucareras, con el fin de que todos los habitantes tengan un lugar para el culto y la práctica de la fe Católica.

Dentro de la ciudad también en el período del Obispo Mons. Enrique Pérez Serantes (1922-1949), se inaugura la capilla de San Vicente de Paúl en el reparto La Mosca (1929), se reconstruye la iglesia parroquial de La Caridad (1934), la iglesia parroquial de San José en el reparto La Vigía (1936) y la Ermita de Monserrat en el reparto Jayamá.



Los catalanes que se asentaron en Cuba, trajeron la devoción a la Virgen de Monserrat, Patrona de Cataluña y le construyeron ermitas, una en La Habana en la Avenida de Rancho Boyeros y otra en Matanzas con vista al Valle del Yumurí.

 Los catalanes residentes en Camagüey y sus descendientes no podían ser menos y precisamente en mayo de 1944 se constituyó en el colegio de los padres escolapios una asociación encargada de recaudar fondos no solo para la construcción de una ermita sino también para una escuela pública nocturna y un dispensario de primeros auxilios. El 25 de diciembre de ese año Mons. Enrique Pérez Serantes colocaba la primera piedra, en el sitio donde se erigiría el futuro altar de la ermita. Y Mons. Carlos RiuAnglés  la inauguraba  el 23 de abril de 1950.

 Se bendijo la iglesia y el obispo celebró la primera Misa, finalizada con un Te Deum de acción de gracias. Ese día, 23 de abril de 1950, a las 5 de la tarde fue llevada la venerada imagen en procesión por las calles de Jayamá con el acompañamiento de niños de las catequesis salesianas, los alumnos de los Escolapios y de la Colonia Infantil, un nutrido grupo de fieles del barrio de Jayamá y la colonia catalana de Camagüey.

 Desde entonces, cada 27 de abril, fiesta de la Virgen de Monserrat, los catalanes residentes en la ciudad y sus descendientes no dejaron de venir a la ermita a celebrar el día de su Patrona. Actualmente es atendida por los PP Salesianos y es una capilla adjunta a la parroquia de la Caridad.

 La Virgen de Monserrat en esta capilla, es la que recibe y despide a los visitantes a la ciudad de Camagüey que entran o salen desde y hacia el oriente cubano.

 ¡Santa María de Monserrat ruega por los catalanes. Madre Santa, intercede también por nosotros los cubanos! Amén.

 

Reproducido de la página de la Arquidiócesis de Camagüey, en la que no se menciona el nombre sel  autor de este escrito.