12 de abril de 2017

NOMBRES, NOMBRETES Y APODOS CAMAGÜEYANOS

 
Nombres, Nombretes y Apodos
Camagüeyanos

Del blog Con Cuba en el corazón,
del Dr. Ramón Boza.

Otra historia mas de lo sucedido con las generaciones nacidas después del Pacto del Zanjón y los nombres de pila utilizados por sus progenitores. Mohínos, pero no cabizbajos, sino llenos de orgullo patrio y esperando.

Al regresar a Puerto Príncipe ciertamente a las familias le reintegraron casas, y algunas propiedades fueron devueltas pero había tanto dolor y resentimiento con las muertes y la feroz represalia sufrida, que el esperar se convirtió en un largo interregno de angustia y borrasca interior por los próximos diecisiete años.

Como para subrayar la voluntad separatista, una callada pero airada protesta fue la premeditada decisión de abandonar el uso de nombres españoles al bautizar a los recién nacidos de familias camagüeyanas.

Todos a una, nuestros criollos literatos, educados que eran (muchos en Francia, Estados Unidos, Filadelfia, Baltimore, Barcelona, Madrid) cesaron de leer Literatura Española contemporánea y se dedicaron a devorar con regusto los clásicos griegos y latinos. Era fácil identificarse con el concepto de tragedia y pathos que ellos mismo padecía.

Esta devoción por lo clásico, se debió en parte a la literatura intelectual de Don Agustico Betancourt, un verdadero hombre del Renacimiento, cultísimo y, previamente, por la impresión dejada por Giuseppe Cerutti, un maestro italiano avecindado en Camagüey (de acuerdo con la historia de Cuba de Márquez Sterling), que trajo consigo una cierta satisfacción interior al comenzar a utilizar nombres en sus hijos y nietos como Ovidio, Temístocles, Alcibíades, Augusto, Tácito, Aquiles, Diógenes, Erenio, Plinio, César, Arquímedes, Arcadio, Orestes, Escipión, Homero, Minerva, Marco Aurelio, Apeles, Arístides, Pericles, Sócrates, (en mi familia tenemos un Pompeyo y Coriolano).

También Magno, Ulises, Heráclito, Tertuliano, Cicerón, Eneas y otros de este talante, con gran disgusto de alguno de los apelados que sufrieron el pesado fardo de estos anacrónicos patronímicos.

Y pasamos a los apodos que pudiesen ser individuales o familiares, siempre dentro de una connotación de íntimo afecto que, cuando se usaba, todo el mundo sabía a quién se refería. (Aclaremos que muchos de estos apodos contemporáneos son obtenidos de un artículo reciente del mismo nombre por el RP Willy Pino en la Revista Enfoque de la Arquidiócesis de Camaguey).

Por ejemplo: Tirito, Cuco, Burro, Salfuman, Lengua linda, Ojos bellos, Mono, Vinagre, Cara'e Palo, Chorro'e plomo, Fotocopia (si tiene un mellizo), Copetúa, Calabaza, Aguacatón, Fantomas, Tamacún, Puntillita, Clavo de linea, Pitirre, Tula (por Gertrudis) Tabaquito, Gallego, Los muchos (porque eran 11 hermanos), Cotorra y las cotorras (los hijos de alguien que hablaba mucho), Piojito, Lengua Linda, Ratón seco, Pastelito, Cuchifeo, Pantufla, Vinagre, Pata de Plancha, Colirio (una joven muy bonita porque mejoraba la vista de solo mirarla), Cámara lenta, Diente frío, Puente roto, Dando vueltas, Marcha atrás, Hormiga loca, Toñico, Chuchi, Chicha, Yuya, Yeya, Chiqui, Papacito, Bebita (la mas joven de 16 hermanos), el Chino, Muerde y huye (no pagaba sus deudas) Habichuela, Escobillón (alto y despeinado), Sangandongo, Cabeza de zeppelín, To'junto (por no tener casi cuello), Medio metro (por ser bajito), Conato de gente o Patato (por la misma razón), Camarón, Peste al dedo, Cuarto'e pollo, Clavo'e linea, Remache, Quiquiro, Guatimba, Cabeza'e queso, Pata 'e cabra, Nalga'e pulla (contribución de Modesto Burgos). Tambien debemos recordar  a los populares personajes Bayoyo y Vertientes. [Y a Chimenea y a la Paloma Rabúa]

No solo hubo -y los hay-, apodos y sobrenombres a las personas, sino también a las cosas, a todo, incluso describiendo medios de locomoción en el Puerto Príncipe de ahora, donde los ómnibus checos Skoda, se llaman Pepinos, las guaguas interprovinciales marca HINO, “Colmillo blanco", y a las guaguas escolares que alivian pero no curan, “Aspirina”.

Los Camellos en la Habana, dicen que trasportes mitad camión mitad guaguas y que suben montañas, “Guarandingas”. Toña la Negra son los carros de policía y  Cromato de plomo, alguien que fuera muy denso. “Babita” , establecientos que venden buchitos de café…

En estos litorales del desarraigo,  tenemos los "pitos de auxilio" Royal Castle- hambergeras que servían fritas por módicos precios a los exiliados famélicos. Posteriormente nos avecindamos con otros exilios y nuevos postres y conocimos los Pío V, Tres leche, gallo pinto, Versalles, Carretas, que reflejan otra realidad mas fructífera: no mas blue plate pero si "comida por libra". Y  que decir del renacimiento por estos lares nostágicos, del melao, gazeñigas, majarete, pirulí, chambelona, raspadura, matajíbaro, crema de leche, mermelada de guayaba, coquitos acaramelados, turrón de coco prieto, guarapo, dulce de leche, y otros deliciosos recuerdos de exquisitas reminiscencias.

 ¿Recordáis el tamalero manco que pregonaba “Tamaaaaless.. con picante y sin picante… pican y no pican”?). ¿Y del botellero ciego que clamaba: “Botellero, me oyen o no me quieren oir..?

Y ya que de palabras estamos, pudiéramos seguir con otra terminología de origen africano (carabalíes, congos, mandingas, bozales, lucumí, yorubas) y de otras fuentes que ahora mismo nos viene en gana. Pero que continuaremos en otro día….

 

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