29 de agosto de 2013

LA CRUZ DE SAL

La cruz de sal

Bertha Porro Lastre

¿Qué quiere decir "leyenda"? Hay muchas definiciones; pero, para mí la más apropiada es la 4ta. acepción del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (1970) que dice: "relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de verdaderos".

Las leyendas nacen a cada instante, no son cosas del pasado exclusivamente, del mismo modo que los cuentos infantiles. Las leyendas sirven para estimular la imaginación, siempre podremos extraer de ellas lo bueno que puedan contener y rechazar lo negativo.

Después de este preámbulo, pasemos a la camagüeyana leyenda de "La cruz de sal".


Yo recuerdo que mi abuela paterna, Cocó (Socorro de Piña Márquez) hablaba mucho de esta cruz. Sus recuerdos estaban ligados fuertemente al Asilo Padre Valencia, ya que mi abuelo, Pedro Porro Fals por varios años formó parte de la administración del mencionado asilo.

Se contaba que en unas salinas situadas al noroeste de la provincia de Oriente unos pescadores habían encontrado una cruz de sal y maravillados por el inusitado hallazgo la hicieron llegar a Don Pedro Alcántara Correoso, ilustre ciudadano del antiguo Puerto Príncipe.

Don Pedro consideró que tenía algo de sagrado la susodicha cruz y a su vez la donó al Padre Valencia, sacerdote conocido y admirado en toda la ciudad por sus virtudes y sus obras caritativas.

El Padre Valencia reverenció la cruz, colocándola en un lugar preferencial: dentro de una urna de cristal a un extremo del altar mayor de la capilla del Asilo de San Lázaro, que después fue conocido como Asilo Padre Valencia.

Varias generaciones de camagüeyanos visitaron aquel lugar y dieron culto a la cruz. Se decía que mientras estuviera allí no podría ocurrir nada malo; pero si llegara a desaparecer sobrevendrían toda clase de catástrofes.

El Asilo Padre Valencia ya no existe como tal, ha sido convertido en Escuela de Arte para las nuevas generaciones. La capilla, conocida como Capilla de San Lázaro sigue en pie y es muy visitada sobre todo en el Día de San Lázaro, 17 de diciembre, fecha en que no da cabida a todo el público que quiere estar presente.

En cuanto a la cruz de sal no se sabe cuándo desapareció, ni en qué lugar se encuentra. Aparentemente no han sucedido catástrofes especiales ni calamidades inesperadas, sólo el vivir diario con sus pros y sus contras, como en todas partes.
 
Reproducido de http://berthaporro.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Calamidades llevan sucediendo ya demasiado tiempo. Eso sí, fueron esperadas y presumibles.

Anónimo dijo...

Mas calamidad que la llegada del comunismo ,?? Eso es una maldicion