18 de noviembre de 2013

EN 1913... EL TEATRO AVELLANEDA



En 1913… Teatro Avellaneda

Por Marlene María Pérez Mateo

En 1913, un 13 de mayo se inauguró, bajo tremendo aguacero, el Teatro Avellaneda en la intersección de las calles Estrada Palma y Avellaneda en la ciudad de Camagüey, Cuba.

El lugar donde se edificó el teatro, desde el siglo XVIII había sido ocupado por un entablado techado muy usado para presentaciones de feria. Luego en el XIX una medio-hermana paterna de Tula Avellaneda, la poetisa, había tenido muy cerca de allí su residencia y en ella la escritora estuvo de huésped durante su estancia en su viaje de regreso a Cuba.

El exitoso comerciante de velas, señor Guarch, adquirió la propiedad e hizo levantar un recinto para las artes escénicas y el cine (entonces joven). Fue una sala de dos pisos con capacidad para 800 personas, 10 palcos y el segundo piso, bautizado por la voz popular como “el gallinero”. La acústica era magnífica. El emprendedor propietario tuvo en cuenta todos los detalles. La fachada se conformaba por 19 arcos de medio punto y un relieve del rostro de la camagüeyana que dio nombre o mas bien apellido a la institución: Gertrudis Gómez de Avellaneda.

El día de la inauguración los demás miembros del ramo cerraron sus puertas de manera solidaria. Hubo champán y velada. Veintiséis jóvenes de la ciudad a coro cantaron “Himno Glorioso a la Tula”, cuya partitura trece años después desapareció entre las llamas.

En 1926 un incendio accidental diezmó el recinto e hizo caer  en la ruina al propietario, señalando entre el vulgo a la cifra 13 como culpable de los hechos acaecidos debido a su ya consabida fama de mala suerte.

En 1927 fue reconstruido por el empresario teatral Alberto Mola con la ayuda de la compañía cinematográfica cubana Santos y Artigas. Entre las puestas en escenas estuvieron zarzuelas, teatro bufo de Arquimides Pous,  Ramón Espigel y películas.

Hacia 1960 se le cambió el nombre por el de "Pionero", aunque para el pueblo siguió siendo el “Teatro Avellaneda”. Decayó tanto, tanto que hasta parte del edificio colapsó. Muchas familias sin hogar lo tomaron de refugio. De lejos y de cerca se captaba su deterioro y su penosa ruina.

Actualmente ha sido remozado y pronto abrirá sus puertas. Ojalá también su esplendor.
 Marlene María Pérez Mateo
Octubre 2013

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