La primera empresa telefónica
de Camagüey
de Camagüey
Ana Dolores García
¿Dónde
funcionó la primera empresa telefónica de Camagüey? Pues en el edificio
de la foto: República esquina al Callejón de la Soledad, en el
mismísimo centro de la ciudad.
Fue en el año 1906
cuando Don Lorenzo Coll y Mora adquirió la concesión para la red
telefónica de la ciudad de Camagüey. Anteriormente ya la había obtenido
también para la ciudad de Guantánamo.
Lorenzo Coll y
Mora era natural de Mallorca, en las Islas Baleares, España, y emigró a
Cuba estableciéndose en la ciudad de Santiago de Cuba. Casado con la
Sra. Teresa Torres Pons, también de ascendencia española, se dedicó
primeramente a actividades del comercio.
En 1906 se
trasladó definitivamente a Camagüey. Allí radicó con su familia y puso
en marcha la compañía de teléfonos, cuyos contratos cedió a la Cuban
Telephone Company en 1918, la que posteriormente estableció sus oficinas
en la calle Avellaneda.
El edificio ocupado por la
compañía de teléfonos del Sr. Coll fue después el almacén de víveres «La
Hora» (al detalle y al por mayor), propiedad del Sr. Florentino
Cabezas. Después de la confiscación por parte del castrismo, pasó a ser
una bodega donde las familias allí anotadas podían comprar los alimentos
que autorizaba la tarjeta de abastecimiento mensual. En el piso
superior vivían las familias de Florentino Cabezas y Manuel Cora
Cuadrado.
Hoy en día radica en la planta baja de ese
edificio el restaurante «Bodegón,» para pago con CUC (dólares
convertibles), y un «aire libre» llamado «El Callejón», con mesas en el
Callejón de La Soledad, que ha sido cerrado al tránsito
automovilístico, donde también se encuentran carros ambulantes para la venta d frutas.
Don Lorenzo Coll Mora y su esposa
Teresa Torres tuvieron dos hijos, Lorenzo y José. Ambos estudiaron la
carrera de Leyes en la Universidad de La Habana y ejercieron
brillantemente como abogados. Lorenzo, como Teniente Coronel en el
Servicio Jurídico Militar del Ejército, y José como Magistrado y
Presidente de la Audiencia de Camagüey.
Aprovecho para
contar una simpática anécdota en la que se vio envuelto uno de los hijos
de aquel español que trajo a Camagüey sus primeros teléfonos. Se trata
del Teniente coronel Lorenzo Coll Torres, abogado y oficial del Ejército
Constitucional de Cuba.
En una oportunidad el
periódico El Camagüeyano publicó algo que a los militares no les pareció
oportuno. El Teniente Coll llamó al periódico para expresar su queja.
Con el tono autoritario propio de un militar, pidió hablar con el
director. Tan pronto contestaron su llamada, dijo: «Soy el Teniente
Coronel Coll y quiero hablar inmediatamente con el director. ¿Quién
habla?»
Del otro lado del teléfono le contestaron: «El periodista
Lechuga».
Indignado y creyéndose víctima de una burla, el militar se
dirigió apresuradamente al local del periódico para aclarar la ofensa.
Ofensa que no fue tal en realidad. El periodista que había contestado su
llamada era Miguel Lechuga, bien conocido en Camagüey.
No es necesario aclarar que todo quedó arreglado prontamente entre col y lechuga.
Foto: Tato
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