La barriada del Cristo
Por Bertha Porro Lastre
Como tengo el orgullo de haber nacido en esta
barriada, quiero hacer llegar a los que me lean algunos detalles que he podido
recoger del origen y del desenvolvimiento de mi barrio querido.
El día 12 de septiembre de 1795 durante una fiesta solemne el presbítero Nepomuceno Arango, que era párroco de la Iglesia Mayor (hoy Catedral de Camagüey) bendijo la pila bautismal en la entonces ermita del Santo Cristo del Buen Viaje, y el padre Don Antonio Aguilar y Porro, Cura Coadjutor, bendijo el pequeño cementerio anexo a dicho templo.
Años después, cuando se prohibió enterrar en las iglesias, este terreno pasó a ser el primitivo cementerio general de Puerto Príncipe.
La Plaza del Cristo, hoy llamada oficialmente Parque Pablo Gonfaus, se llenaba en días de feria de cantinas y de tableros donde se vendían empanadillas de maíz y de harina de Castilla, rosquitas de catibía, pan de gloria, dulce de yemas dobles, ponche de leche y frutas.
El historiador Juan Torres Lasquetti nos dejó una visión de la Plaza del Cristo: "Es un cuadrilongo de 70 varas de ancho y 130 de largo, hacia el centro se le formó en el año 1875, un parquecito por iniciativa del corregidor Don Manuel Agustín Betancourt, apoyándose en el entonces Comandante General Don Juan Ampudia, está rodeada de ladrillos con asientos de lo mismo en su parte interior y entre unos y otros frondosos laureles. Residentes de la barriada como Miguel Vega Pascual y Ramón Larrúa, participaban activamente en la organización de las ferias anuales que se celebraban en la plaza, preparando los bazares, juegos diversos, entre ellos la famosa cucaña y otorgando premios a los vencedores.
Con regularidad visitaba la plaza el circo
"La Rosa", yo recuerdo muchas de las veces que fui con mi padre a sus
funciones. Siguiendo con la descripción de la plaza no puedo olvidar las varias
florerías que allí existían haciéndose competencia. Desdichadamente sus nombres
escapan a mi memoria. No olvidemos al cine "Camagüey", destruido por
el ciclón del 26 y reconstruido muchos años más tarde, este fue el que yo
conocí y disfruté.
Para terminar este pequeño recuerdo de mi barrio,
orgullosamente menciono que allí nacieron dos insignes cubanos en la misma
cuadra: el científico y médico Carlos J. Finlay y la poetisa Aurelia Castillo
de González.
Reproducido
de
http://berthaporro.blogspot.com
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