Joaquín de Agüero y Agüero.
Frank de Varona.
"Aquella camagüeyana
que no se cortase el pelo,
no es digna que en nuestro suelo
la
miremos como hermana".
Joaquín de Agüero y Agüero.
Frank de Varona.
"Aquella camagüeyana
que no se cortase el pelo,
no es digna que en nuestro suelo
la
miremos como hermana".
Procesiones del Corpus Christi
en Camagüey
desde los tiempos del antiguo
Puerto Príncipe
La
procesión en honor a la Sangre y el Cuerpo de Cristo es la más antigua en la
región de Puerto Príncipe según publicaciones de la época, y data de la
fundación de la villa en su ubicación entre los ríos Tínima y Hatibonico, o sea
desde 1512. [1]
Según los archivos del Arzobispado de Camagüey, el 20 de junio de 1862 salió la procesión a las 8 de la noche del Convento Nuestra Señora de la Merced y recorrió la Calle Mayor, hoy Cisneros, hasta San Francisco, hoy Luaces, dando la vuelta por detrás de la Iglesia mayor (Santa Iglesia Catedral), regresando al Convento de donde salió por la calle Candelaria, hoy Independencia.
Esta procesión se realizó ininterrumpidamente hasta el año 1961, año en que el gobierno revolucionario implantó restricciones en contra de las prácticas de la fe en nuestro país.
Transcurridos cuarenta y cuatro años después, el 14 de junio de 2005 se otorgaron los permisos necesarios para que la procesión con Jesús Sacramentado recorriera de nuevo las calles de Camagüey. Se llevó a cabo en horas de la tarde con la presencia del arzobispo, sacerdotes, diáconos, religiosas y fieles, y amenizada por cantos y la Banda de Música Provincial.
Procesión del Corpus Christi en 2018
En
el año 2018, Monseñor Juan García –por aquel entonces arzobispo camagüeyano-,
tuvo a bien cambiar el recorrido que se realizaba en el pasado, para así favorecer
la bendición con el Santísimo a los vecinos del centro de la ciudad. La
procesión saló entonces de la iglesia de Santa Ana y recorrió las calles
Carmen, Honda y Hermanos Agüero hasta llegar a la capilla del Carmen.
Desde entonces se hicieron cinco paradas para elevar plegarias y oraciones al Santísimo Sacramento en favor de los débiles, los pobres, los enfermos, los presos y las familias en dificultades, además de dar una bendición a los presentes y habitantes de estas calles.
Esta procesión con el Santísimo se continuó realizando hasta el año 2019, ya que en estos dos últimos, 2020 y 2021, la pandemia del Covid.19 ha impedido la aglomeración de personas para evitar el contagio.
Recuerdo que en el año 2005 estábamos siendo azotados por una gran sequía, con los ríos en el mínimo nivel de agua y los embalses casi vacíos; estábamos rezando para que lloviera desde hacía varios meses y Dios, ese día de Corpus, nos derramó su bendición con un torrencial aguacero que nos empapó a todos.
Dios permita que después de la pandemia se pueda continuar realizando esta procesión de tan hondo sentido y significado religioso y espiritual.
Museo Quinta Simoni en
Camagüey. Casa construida en 1848, por el doctor José Ramón Simoni Ricardo en
su Quinta Tínima. Es la única mansión suburbana de Camagüey que sobrevive con
sus características de época. De estilo neoclásico. Fue testigo de uno de los
más grandes amores de su época: Amalia Simoni e Ignacio Agramonte.
MUSEO
QUINTA SIMONI
EN CAMAGÜEY
Ziomara Lamelas
Historia
Justo
a las puertas de la ciudad señorea desde 1848, la más imponente mansión del
Puerto Príncipe del siglo XIX, admirada desde entonces por el gusto refinado de
su construcción y la valía de quienes la habitaban.
El
Dr. Simoni presto siempre a acudir en ayuda de los necesitados y de su propia
familia, supo consolidar junto a su dedicada esposa Doña Manuela Argilagos la
armonía familiar que propició la magnífica educación de la que gozaron sus
descendientes.
El
doctor Simoni trasladó hasta ese sitio a su hija Amalia, cuando tenía 6 años de
edad. Allí transcurrió su adolescencia hasta el feliz matrimonio con el abogado
Ignacio Agramonte Loynaz. Ambos residieron en el lugar hasta la llegada –un mes
después del casamiento- del mensaje que puso sobre aviso al futuro jefe mambí:
debía ponerse a salvo pues las autoridades españolas irían en su búsqueda,
dadas sus connotadas actividades independentistas dentro de la villa.
Historia de amor entre Amalia Simoni
e Ignacio Agramonte
Para
Amalia Simoni e Ignacio Agramonte fue este sitio. Aún puede imaginarse el
visitante la escena repetida muchas veces: la joven y bella camagüeyana,
impaciente en la espera por su novio, en uno de los grandes ventanales que
miran hacia la actual calle de General Gómez, antigua Santa Ana, marcada con el
número 149 en aquel entonces.
En la Quinta desarrollaron su noviazgo y allí fueron a residir una vez consumada la unión oficialmente, hasta la llegada de aquel aviso que determinaría la marcha del joven hacia la manigua redentora, donde alcanzaría los grados de Mayor General.
Valores arquitectónicos
La vivienda obedecía a los dictados constructivos de la época en sus dos plantas, como la sólida estructura y la sencillez en sus formas, unidas a un firme trabajo en la carpintería de puertas, ventanas, rejas y balaustradas en general.
Rescate deEl amor del camagüeyano por su patrimonio, llevó al rescate de ese inmueble, sometido a un trabajo restaurador que utilizó los materiales aconsejados por el respeto más fidedigno a sus originales elementos.
Mucho
profesionalismo y minuciosidad se depositaron en las tareas, hasta su apertura
como sede socio-cultural el 1ro de diciembre de 1991, en ocasión del traslado
de los restos de Amalia Simoni Argilagos hacia su querida ciudad natal.
Declaratoria como Monumento
Nacional
La
declaración como Monumento Nacional de la antigua casa Quinta de Amalia Simoni,
actual Museo "Quinta Simoni", estimula y reconoce la consagración de
especialistas en materia de restauración, investigadores e historiadores que de
varias formas han puesto sus respectivos talentos en aras de no permitir bajo
ningún concepto la desaparición de los bienes patrimoniales de esta parte de la
geografía cubana.
Resulta
un acontecimiento no sólo para nosotros en particular, sino para todo el pueblo
camagüeyano que ve en este bien edificado, un reflejo permanente de la
creatividad y de la historia de los mejores hijos del territorio. Se ha
trabajado mucho para lograr el rescate de la Quinta, totalmente destruida.
Apertura como Museo
Desde
su apertura tuvo la denominación de Casa Quinta de Amalia Simoni. Ahora, ya
como Monumento Nacional, es el Museo "Quinta SimoniI", de acuerdo con
la intención más abarcadora de reflejar entre sus exponentes y en sus fondos
documentales, la historia de una familia ejemplar y corajuda, que supo asumir
en su momento la defensa de la independencia de la Isla consagradamente.
Colecciones de valor
Este
Museo guarda celosamente objetos relacionados con la familia y con Ignacio,
incluso una bañadera de mármol de Carrara, sumamente valiosa. La tarea de
incrementar los fondos expositivos ha dado sus frutos al lograr nuevas
donaciones e intercambios con otras instalaciones de la provincia vinculadas
con estos hijos ilustres del Camagüey.
Fuentes
Portal Cultural Príncipe
Web del Museo Quinta Simoni en Camagüey
Museo "Quinta Simoni" de
Camagüey: monumento nacional, por Yolanda Ferrera Sosa. Disponible en Radio
Cadena Agramonte
Reproducido del Blog “Recuerdos y Nostalgias de Cuba”. Magnífico trabajo de la escritora Ziomara Lamelas, creadora de dicho blog. Agradecimiento a Mary Nieves O. Ramírez por enviarlo a esta Gaceta.
HENRY EARL REEVE
(El Inglesito)
Dr. José Rodríguez
Henry
Earl Reeve nació en Brooklyn, Estado
de Nueva York, en el año 1850. Pertenecía a una familia distinguida de esta
ciudad norteamericana donde se crió y cursó sus primeros estudios. De carácter activo,
lleno de inquietudes juveniles, se alistó en una expedición que el vapor
“Perrit” transportaría hombres y armas para los patriotas cubanos que luchaban
por su independencia de España. La expedición del “Perrit” arribó a Cuba por la
costa norte Oriente cerca de Banes, el 11 de mayo de 1869. En ella llegaron a
suelo cubano hombres como Tomás Jordán, Antonio Luaces, Enrique Collado, el
isleño Manuel Suárez y 80 norteamericanos entre ellos Henry Reeve que contaba
19 años de edad y podía hablar el idioma Español.
El gobierno cubano en armas había escogido como Jefe Militar de Oriente a Tomás
Jordán que se encontraba entre los norteamericanos que fueron a Cuba a luchar
por la independencia y que era
ex-coronel del Ejército Confederado del Sur. Jordán seleccionó al joven
Henry Reeve como su ayudante personal. Durante el combate de “Las Calabazas”
que tuvo lugar en la región oriental, Reeve fue hecho prisionero por los
españoles y fusilado con otros compañeros cubanos. Considerándolos muertos
fueron dejado sobre el campo, pero Reeve que estaba realmente muy mal herido
logró arrastrarse hasta el campamento cercano de Luis Figueredo donde se le dio
atención médica y milagrosamente pudo salvar la vida.
Desde entonces sintió un profundo rencor hacia el régimen español y abrazó abiertamente, con entero sentimiento y dedicación, la causa cubana.
En el combate de la “Soledad” fue ascendido a Teniente-Coronel por su valiente
actuación. En octubre 8 de 1871 combatió al lado de Ignacio Agramonte durante
el heroico e intrépido “Rescate de Sanguily”. El propio Mayor Agramonte lo
ascendió en 1872 a Coronel y le entregó el mando directo de la afamada
“Caballería Camagüeyana”.
En septiembre de 1873 el General Máximo Gómez asaltó Santa Cruz del Sur
permaneciendo en la población por espacio de varias horas. Durante la ocupación
Reeve trató de apoderarse de un cañón enemigo, recibiendo un disparo que le
cercenó una pierna. Nuevamente estuvo a punto de perder la vida, pero solamente
perdió una pierna. Este hecho y defecto físico no le impidieron continuar en su
puesto de mando.
Cuando se repuso se ordenó que se le construyeran arreos especiales y una silla de montar apropiada, con lo cual pudo continuar montando a caballo. Meses más tarde ya estaba nuevamente al frente de sus hombres, quienes le tenían una gran admiración y respeto.
En el mes de julio de 1874 Máximo Gómez se preparaba para invadir el
Departamento de "Las Villas”. Organizó el “Cuerpo de Ejército de Occidente” que
tenía a su mando de la manera siguiente:
Jefe……………………… General Máximo Gómez 2 2do Jefe……………… General Julio Sanguily
Primera División…… Brigadier Henry Reeve
Segunda División……Brigadier Antonio Maceo
Hay que destacar que en esta ocasión, julio de 1874, al otorgársele el grado de General de Brigada (Brigadier), Henry Reeve tenía solamente 24 años de edad, resultando ser el general más joven de nuestro Ejercito Libertador durante la Guerra de los Diez Años, pues el mismo Ignacio Agramonte tenía 27 años cuando se le designó como Mayor General.
Es conveniente señalar por hechos que ocurrieron más tarde, que Antonio Maceo
debía regresar a Oriente donde solicitaban su presencia. Entonces Máximo Gómez
designó como Jefe de la Segunda División al Brigadier José González Guerra que
era villareño de Cienfuegos, el cual se había ganado su confianza.
Máximo Gómez, al iniciar la invasión de la Las Villas en enero 6 de 1875, llevó con él a la Segunda División. En Camagüey se quedaba la Primera División bajo la jefatura de Henry Reeve, que de esta forma se convirtió en el jefe de toda la región camagüeyana (excepto el área de la Trocha donde destacó al General Julio Sanguily por algún tiempo.
Para comprender mejor como Henry Reeve se convirtió en Jefe de la región de Cienfuegos en condiciones adversas, hay necesidad de relacionar algunos acontecimientos. Una vez en Las Villas, el General Máximo Gómez envió al Brigadier José González Guerra a invadir la Jurisdicción de Cienfuegos (llamada también “Las Villas Occidentales” y que en aquella época abarcaba hasta Colón, Jagüey Grande y toda la Ciénaga de Zapata). La campaña emprendida por el Brigadier González culminó en un completo éxito. En solo 4 meses de operaciones entre finales de enero y mayo de 1875), invadió parte de Villaclara y casi todo Cienfuegos, enviando a su hombre de mayor confianza, el Coronel Cecilio González, a operar en el distrito de Colón. Pero el Brigadier González Guerra en un combate cerca de Barajaguá recibió un balazo que se le infestó y a los pocos días contrajo el tétano, enfermedad que le provocó la muerte a fines de mayo de 1875.
Esta desafortunada muerte vino a ocurrir en los momentos en que Vicente García se había sublevado en Lagunas de Varona, negándose a marchar a Las Villas con refuerzos. Máximo Gómez tuvo necesidad de acudir a Oriente e intervenir en este penoso asunto. Cuando regresó a la zona de Sancti-Spíritus se encontró con que la lucha en Las Villas Occidentales había decaído notablemente, los españoles habían recuperado casi toda aquella región y el Coronel Cecilio González se hallaba aislado en Colón.
Ante esta situación tan deplorable el General Máximo Gómez, que siempre tuvo acierto en escoger a sus hombres de confianza, designó como jefe de la zona de Cienfuegos al Brigadier Henry Reeve, quien después de entregar su mando en Camagüey acudió a Las Villas y el 15 de noviembre de 1875 se entrevistaba, en las afueras de Yaguaramas, con Cecilio González, el que conociendo muy bien toda la comarca le resultó muy útil.
La guerra en la región cienfueguera volvió a tomar impulso bajo la dirección de
Reeve. Comenzó por incendiar los cañaverales situados en los llanos del río
Damují, lo que hacía con el fin de entorpecer la próxima zafra azucarera. Atacó
los campamentos españoles situados en las afueras de los pueblos, llegando a
dominar en cuestión de un mes los territorios situados entre Yaguaramas,
Cartagena y Aguada de Pasajeros, área que le sirvió de base para moverse hacia
la llanura de Colón.
En enero de 1876, con 200 hombres, Reeve empezó a operar en la zona cercana a
Colón y fue tal la actividad bélica que desplegó, que Máximo Gómez, desde
Sancti-Spíritus, solicitó nuevos refuerzos a Oriente y Camagüey con los cuales
planeaba una batalla final contra el General español Blas Villate (Conde de
Valmaseda) en las llanuras de Matanzas.
En febrero 22 de 1876 Reeve incendió el Ingenio "Destino" cerca de Los Arabos y dos días después asaltó el pueblo de Macagua situado cerca de Colón. El 1ro. de marzo, contando con 300 hombres, incendió el Ingenio "Tinguaro" y en las afueras de “Perico” se enfrentó y derrotó a una fuerza de caballería española. El 15 de marzo ocupó el pueblo de El Roque en el camino de Jovellanos, pero al tener noticias de que el Coronel Cecilio González había sido mal herido en el combate de Palma Sola (cerca de Cruces), decidió regresar a su base de operaciones en el área del Damují.
Las fuerzas del Ejército Libertador que a las órdenes del Brigadier Henry Reeve pelearon en Las Villas Occidentales y en la llanura de Colón, tienen un mérito extraordinario en la Guerra de los Diez Años porque este grupo constituyó la verdadera vanguardia cubana, ellos fueron los patriotas que durante aquella guerra pelearon y conquistaron los territorios más próximos a la capital cubana, La Habana, por lo que el gobierno español de la Isla concentró toda su actividad militar en contra de ellos.
En agosto 4 de 1876, en un combate efectuado en la finca "Cayo Inglés", próxima a Yaguaramas con una columna enemiga muy superior en número de hombres y armamentos, Henry Reeve murió como lo saben hacer los valientes: peleando al frente de sus hombres.
Su cadáver, que cayó en manos españolas, mostraba cuatro balazos recientes, diaz viejas cicatrices de heridas recibidas en combates, así como la falta de una pierna. Las autoridades españolas le dieron sepultura en la ciudad de Colón.
Henry Reeve fue conocido por todos los que le rodearon como "el inglesito", y también como "Henry el americano", resultando su
nombre un verdadero símbolo, pues fue un norteamericano que amó a Cuba, luchó y
murió por ella. Su legendaria figura es el más fiel exponente de lo que es una
verdadera amistad entre el pueblo de Cuba y el de Norte- América.
Henry Reeve, "El Inglesito", pertenece a nuestra historia.
BIBLIOGRAFÍA:
1.- "Historia de Cuba" de Calixto Masó
2.- "La Revolución de Yara" de Fernando Figueredo
3.- "Diario de Campaña" de Máximo Gómez
4.- "Vida Militar de Ignacio Agramonte" de Juan J. Casasús.
5.- "Invasión" de Juan J. Casasús
6.- "Un Americano-Cubano" de Francisco M.
Jiménez
*Este magnífico trabajo del Dr. José Rodríguez fue
publicado original- mente en 2013 y quedó perdido de modo inexplicable
con todas las entradas habidas desde la creación de este blog. Rescatado del archivo particular.
Monseñor Enrique Pérez Serantes
(1883-1968)
Fuera de la ciudad camagüeyana ha inaugurado más de veinte templos, algunos son: Jaronú, Sola, Jatibonico, Jiquí, Palm City, Stewart, Guayacanes, Baraguá, Gaspar, Piedrecitas, Falla, Chambas, Elia, Vertientes, Algodones, Macareño, Hatuey, Galbis, Ranchuelo, Punta Alegre, Violeta, Lombillo, Cascorro, Altagracia y Velazco; la mayoría en colonias azucareras, con el fin de que todos los habitantes tengan un lugar para el culto y la práctica de la fe Católica.
Dentro de la ciudad también en el período del Obispo Mons. Enrique Pérez Serantes (1922-1949), se inaugura la capilla de San Vicente de Paúl en el reparto La Mosca (1929), se reconstruye la iglesia parroquial de La Caridad (1934), la iglesia parroquial de San José en el reparto La Vigía (1936) y la Ermita de Monserrat en el reparto Jayamá.
Los
catalanes que se asentaron en Cuba, trajeron la devoción a la Virgen de
Monserrat, Patrona de Cataluña y le construyeron ermitas, una en La Habana en
la Avenida de Rancho Boyeros y otra en Matanzas con vista al Valle del Yumurí.
Reproducido de la página de la Arquidiócesis de Camagüey, en la que no se menciona el nombre sel autor de este escrito.
Carlota Vidaud Rodiles
Carlota, mi catequista
que da testimonio de estas cosas,
y que las ha escrito.
Y sabemos que dice la verdad”
(Jn. 21, 24)
Pertenezco
a la parroquia de Nuestra Señora de La Caridad y aunque cambié la dirección
hacia el centro del mundo hace unos años, aún guardo un profundo afecto por la
diócesis que me vio crecer y un cariño especial por la parroquia en donde nací
y crecí como persona y como cristiano. Por eso cuando mi padre me dijo que en
esta revista diocesana habían dedicado una sección a los laicos, no me quedó
más remedio que atender la petición de mi viejo para compartir con ustedes mi
experiencia de vida al lado de una de esas personas que en los momentos más
difíciles para la Iglesia estuvo siempre presente.
¡Qué
hermoso testimonio de vida!
Texto publicado originalmenteen el Boletín Diocesano de Camagüey,
julio-agosto 2018.
Reproducio del Blog “Gaspar, el
Lugareño”
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Preguntas del Boletín Diocesano a Carlota
(Carlota,
ahora con 94 años vividos, nunca ha buscado el protagonismo. Por eso nos costó
trabajo que quisiera responder estas preguntas y se dejara tomar una foto)