En
el año 1950, el reparto Saratoga de Camagüey ya había crecido
aceleradamente. Los niños recibían clases en dos casas de familia y se
contaba con una sola escuela primaria, la Nº 27 José Maceo. No existía
tampoco un centro médico asistencial cercano.
A
finales de 1951, los vecinos y un grupo de fieles de la ciudad,
solicitaron la ayuda al señor Gustavo Pellón, alto funcionario de los
Ferrocarriles Consolidados de Cuba, para la construcción de un colegio
gratuito, y éste, receptivo, donó un solar de su propiedad en la hoy
calle principal de la barriada, la Avenida Quiñones.
El
colegio sería atendido por las religiosas de la Compañía de Santa
Teresa (Teresianas) y se pondría bajo la protección del Sagrado Corazón
de Jesús. Enseguida se conformó un Comité Pro-Escuela gratuita que
comenzó a trabajar sin descanso hasta convertir en realidad aquel sueño
de todos.
En
enero de 1952, el arquitecto Enrique Pérez Pérez, sin recibir salario
alguno, comenzaba a laborar el proyecto y los planos, ofreciéndose,
además, a dirigir la obra. Entre tanto, el Comité Gestor lanzaba la
consigna de recibir donativos de toda la población para esta obra
social. Y en la mañana del 25 de febrero de ese año 1952, en una
sencilla ceremonia, se colocaba la primera piedra, que fue benecida por
Mons. Carlos Ríu Anglés, Obispo de Camagüey.
En
pocas semanas se fundieron los cimientos y el sueño iba tomando forma
real. Se realizaron colectas llamadas "Día del Ladrillo", con resultados
inesperados. Las Madres Teresianas (y la familia teresiana en su totalidad, alumnas, antiguas alumnas y religiosas), hombres, mujeres y vecindario pusieron por entero su esfuerzo y corazón en el seguimiento de esta obra.
Varias
iniciativas locales ayudaron a sufragar los gastos de la construcción.
Cito, entre ellas, las funciones de teatro y tandas de películas en los
cines de la ciudad que brindó el Dr. Luis Martínez, ilustre profesor del
Instituto de Segunda Enseñanza y Director del Seminario de Artes
Dramáticas de Camagüey que, entre otras funciones, presentó en el Teatro
Principal el drama "Munio Alfonso", de la excelsa escritora camagüeyana
Gertrudis Gómez de Avellaneda, interpretado brillantemente por los
miembros del Seminario de Artes Dramáticas, entre ellos y en el papel principal, Elsa Viamontes de Haddad.
Fue igualmente amplia la cooperación de la prensa local, escrita y radiofónica, en particular el impulso ofrecido desde su programa noticioso por el periodísta y locutor Juan B. Castrillón, popularmente conocido como "don Pancho"
Fue igualmente amplia la cooperación de la prensa local, escrita y radiofónica, en particular el impulso ofrecido desde su programa noticioso por el periodísta y locutor Juan B. Castrillón, popularmente conocido como "don Pancho"
La
Asociación de Antiguas Alumnas Teresianas donó los uniformes para los
alumnos con la cooperación de las Damas Isabelinas de la ciudad.
El
16 de febrero de 1953 se abrió la matrícula para el primer curso de la
escuela. Dos Madres Teresianas impartirían las clases a más de 80 niños y
niñas, clases que se iniciaron el lunes primero de septiembre de 1953.
Las mismas eran de lunes a sábado durante el día. En la noche, un grupo
notable de alumnos adultos recibían clases de mecanografía, taquigrafía,
instrucción general (alfabetización), corte y costura e inglés.
En
diciembre de 1954, la escuela contaba ya con una matrícula de 163
alumnos de ambos sexos, matrícula que, en poco tiempo, llegaría a ser de
más de 400 alumnos y con cursos desde pre-escolar hasta octavo grado.
Diariamente se les daba desayuno y merienda gratuitos a los alumnos de
preescolar y primer grado.
Ya
desde mediados del año anterior se habían construido nuevos locales,
entre ellos lo que sería el Dispensario Médico, que enseguida comenzó a
prestar servicios gratuitos a la población. Para la habilitación de
dicho dispensario, personas anónimas donaron la compra de un gabinete
dental completo de la selecta marca Ritter, que contaba con rayos X y
otros adelantos de la época, valorado en cinco mil dólares. Igualmente
este Dispensario Médico tenía una farmacia que distribuia medicinas
gratuitas entre la población de la barriada.
Tambien
en 1954 se comenzó a construir la capilla anexa a la escuela. El
arquitecto Enrique Pérez Pérez aceptó la responsabilidad de diseñar el
proyecto de la misma, que incluyó el alto campanario en forma de
minarete. La capilla tendría un gran salón de un solo cuerpo techado con
una estructura de acero de una sola pieza fundida en hormigón de alta
resistencia al clima tropical, la fuerza del viento y la lluvia,
proyecto que constiuyó un verdadero alarde en la técnica constructiva de
la época.
La realización corrió a cargo de la empresa habanera Celestino Juaristi y Compañía, que construyó la estructura de acero y la trasladó desde La Habana para luego instalarla con su personal especialziado y aceptar como pago solamente 4,380 pesos, pagaderos en diversos plazos.
La realización corrió a cargo de la empresa habanera Celestino Juaristi y Compañía, que construyó la estructura de acero y la trasladó desde La Habana para luego instalarla con su personal especialziado y aceptar como pago solamente 4,380 pesos, pagaderos en diversos plazos.
El
milagro se había producido. Esa capilla se abría cada mañana al
público, de lunes a sábado, para la Misa de 7, y los domingos a las 9,
hasta el año 1961 en que, al ser nacionalziada la enseñanza, las
autoridades la cerraron junto con la escuela, que pasó a manos
estatales.
El
reparto Saratoga perdía así a su iglesia, convertida ahora en un
comedor escolar. Por su parte, la escuela pasó a ser, primeramente, una
escuela militar de telecomunicaciones, luego un internado de educación
especial y otras diversas escuelas hasta llegar al día de hoy en que es
un instituto tecnológico.
Editado de "Memorias del Colegio Dispensario de Saratoga", por el Lic. Regino Avilés Marín, Boletín Diocesano de Camagüey, Nº 74
Editado de "Memorias del Colegio Dispensario de Saratoga", por el Lic. Regino Avilés Marín, Boletín Diocesano de Camagüey, Nº 74
Comentarios:
- Anónimo Mar 12, 2012 09:02 AMCuantos recuerdos lindos, gracias mil por traerlos de nuevo a mi memoria...para todas las alumnas del Colegio Teresiano, el Dia del Ladrillo era un dia de "amarrarse bien el cinturon y a trabajar duro recogiendo donaciones" no lo olvido...pero despues llego' la "robolucion" y a esa bella obra...se la llevo' el viento. Gracias mi amiga por traernos tan lindos recuerdos a la memoria. Abrazos Teresianos.
- Un gran documento historico, gracias Lolita por traerlo a La Gaceta.
Maggie Guaty- CJaronu - Anónimo Mar 14, 2012 10:35 AMSaratoga me trajo muy buenos recuerdos.
Allí estuvimos por un año al terminar el Bachillerato, porque aún no teníamos definido
qué íbamos a estudiar despuès, Colaboramos con las madres y fue un año de verdadera labor social.
Rosa María Suarez - Gratos recuerdos guardo del Colegio de Saratoga.
Cuántas veces fuimos a Saratoga, cuántas veces recogimos dinero para la escuela.
Un abrazo. Aurora García del Busto
Anónimo 6/04/2012
Con
mucha emocion lei los articulos sobre el colegio de mi infancia,el
colegio teresiano y mas aun cuando lei el nombre de mi padre que fue el
arquitecto de la congregacion teresiana y el arquitecto del colegio
saratoga con su capilla,mi papa,el arquitecto enrique perez perez,creo
que Dios soldo la deuda con las madres teresianas porque en sus ultimos
momentos de vida fue una madre teresiana que lo acompano y que estaba
de pasada por camaguey. Murio ese gran hombre lleno de bondad y modestia
el 4 de noviembre de 1991, en los momentos en que yo estaba en el
aeropuerto de regreso a canada,dejandolo en los brazos de esa madre
teresiana,su hija Dulce Maria Perez
Estimada
Dulce María: emoción he sentido también al recibir su comentario.
Alienta el saber que este empeño de recopilar y rescatar de revistas
viejas figuras como la de su señor padre, a mas de servir de
reconocimiento toque tan de cerca a quien, como usted, guarda de él un
entrañable recuerdo de amor filial. De su hermosa labor ha de sentirse
muy orgullosa, al igual que nos sentimos todas de haber podido ser
formadas en nuestro colegio de la calle Popular.
¡Un abrazo teresiano!
¡Un abrazo teresiano!
Mi nombre es Ramiro Redondo Barrera Fui alumno del colegio de Saratoga, llamado SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, igual que tambien estuvieron mi hermano Freddy y Norma. Recuerdo que todas las mañanas esperábamos pasar las monjas que venían en un automóvil, recuerdo el desayuno escolar con la cebada de Quaker y recuerdo con gran cariño a las monjas Teresianas la Madre Dora, la madre Felicia y otras, a María Ester. Recuerdo el campo Teresiano donde nos llevaban a jugar y el día del Ladrillo. Mi hermano Freddy dirigió un grupo de jóvenes católicos, tambien las procesiones por el barrio, las cajas de turrones para navidades y la java de comida y ropa que ofrecían, las películas del áfrica que nos ponían algunas noches. Fueron días muy bonitos y guardo un gran recuerdo a aquellas religiosas que ofrecieron todo su amor a enseñarnos gratuitamente. Para ellas todo mi cariño y mil gracia por tener hoy una enseñanza de su sacrificio.
ResponderEliminarLlevaba tiempo buscando los orígenes de este colegio y por fin los encuentro en este relato tan emotivo y lleno de sentimientos. No estudié allí, pero después de nacionalizada la educación, mi padre, Juventino Díaz, dirigió ese internado (Enrique Hart) y también lo hizo con mucho amor y dedicación. Era un internado especial que estaba abierto el año entero, las niñas y niños que allí estudiaban vivían allí por alguna razón y nosotros pasábamos con ellos los sábados y domingos. Tengo muy buenos recuerdos de esos años. Gracias por compartir este legado.
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